Un joven de 21 años intentó matar a otro, cortándole el cuello, porque no le quiso dar un cigarro. Ocurrió durante las celebraciones de la noche de San Juan de 2020, en plena pandemia, en la madrugada del 24 de junio, en un parque público de la ciudad de Valencia, cuando la víctima se encontraba al lado de unos arbustos para tapar a su pareja, que se había escondido tras ellos para orinar. Este joven se acercó a la víctima para pedirle un cigarro, pero ésta le dijo que se apartara porque su pareja estaba miccionando. De nuevo el joven agresor insistió, y ante la nueva petición de la víctima de que se alejara, rompió contra una palmera una copa de cristal de tipo balón que llevaba en la mano y, de un solo movimiento, le cortó con un fragmento en la parte derecha del cuello y en el brazo izquierdo. El agresor huyó del lugar, mientras el herido comenzaba a sangrar abundantemente y su pareja pedía ayuda a gritos. Un agente de Policía le asistió en un primer momento y le hizo un torniquete cuando comenzaba a perder el conocimiento como consecuencia de la fuerte hemorragia. La víctima fue operada de urgencia después para reparar una arteria y una vena afectadas por el ataque, que le generó heridas que, según el informe forense, eran de carácter grave y le habrían causado la muerte de no ser tratadas.
El joven agresor ha sido condenado a 5 años de prisión y a pagar una indemnización de 15.210 euros para la víctima por las lesiones y secuelas derivadas de la agresión, consistentes en el cansancio en un brazo o el cierre involuntario de un ojo cuando trabaja mucho. También deberá pagar 3.765 euros a la Conselleria de Sanidad por la asistencia sanitaria que recibió la víctima. Además, el agresor no podrá comunicarse con el perjudicado ni acercarse a menos de 300 metros de él, de su domicilio, su lugar de trabajo o de cualquier otro lugar en el que se encuentre, por un periodo de siete años.